Anitua 60

Hoy, 20 de julio de 2024, se cumplen sesenta años del nacimiento de José «Josetxo» Anitua Aranzabal, y como ya hicimos en la misma efeméride de Yon Zamarripa hace algo menos de tres años, compartimos una publicación a modo de homenaje.

En este caso hemos querido ilustrar uno de los periodos menos transitados en la carrera de Josetxo, el de sus primeros pasos en Bilbao, a principios de los años 80, y decimos ilustrar porque lo hacemos, sobre todo, gracias a las imágenes inéditas —o muy poco vistas—, tan amablemente cedidas por Francis de Blas, Alejandro de la Rica y Fernando Martín Carranza.

«Entre el intimismo donostiarra y la crudeza bilbaina». Así definía Josetxo el continuum de la escena musical eibarresa de mediados de los años 80 en Muskaria. Definición que, por otro lado, bien podríamos aplicar a la naturaleza artística del propio Anitua, cuya venida al mundo en ese «agujero negro» —siempre según él— tuvo lugar hace hoy seis décadas.

Nos faltan muchas pistas sobre sus inicios musicales, en qué momento y de qué modo decidió desarrollar la forma de expresión que más y mejor dominó. Gracias a un apunte citado por María José Díaz de Tuesta, sabemos que el empuje definitivo pudo ser «un campamento en Inglaterra, y sobre todo un concierto de Pretenders», estancia que ubicamos muy a finales de los 70 o muy a principios de los 80, posiblemente por iniciativa materna, dado que su madre, María Luisa, también residió algún tiempo en Reino Unido.

Lo cierto es que a su llegada a Bilbao, en septiembre de 1982, esa decisión estaba ya sellada, puesto que ese mismo año inauguraba su actividad como músico en un misterioso proyecto radicado en Eibar, autodenominado Línea Muerta. Sería junto a Eduardo Stodulka, futuro compañero también en La Logia y La Tercera en Discordia.

Ese Bilbao en descomposición en el que aterriza Josetxo, un monocromático cóctel de sirimiri espolvoreado con residuos siderúrgicos, conformaba el anodino sustrato sobre el que fermentaba una creciente colección de personajes decidida a crear, con sus propias manos —¡qué remedio!—, una nueva escena divertida, inteligente y seductora.

Entre los participantes más destacados, por citar solo algunos, se encontraba gente como los hermanos y hermanas Vázquez, de MCD y Vulpes; One Herrera, artífice del zine Sintonia Cerebral; Javier Urquijo, artista y responsable de la sala Yoko Lennon’s, o Francis de Blas, estiloso dibujante que a finales de ese 1982 iba a poner en marcha su propio magazine, Neo Ama de Kass.

De exquisita presentación, algunas páginas de Neo Ama servían de escaparate para los especímenes más singulares de este moderno —e imaginamos que diminuto— capítulo de la intelligentsia bilbaina, entre los cuales, sobra decirlo, se encontraba nuestro Josetxo:

Josetxo Anitua en 1983 por Francis de Blas
Comandancia nocturna, circa marzo de 1983. © Neo Ama de Kass. Archivo Francis de Blas.

En esas, llegó la riada. Aquella escala de grises se vio de repente colapsada por una escala de marrones, un golem desbocado que produjo un importante desastre humano y el quebranto económico de muchos negocios del Casco Viejo. No obstante, en lo que a «movida» bilbaína respecta, se puede decir que las inundaciones de agosto del 83 actuaron como una fertilizante crecida del Nilo, acelerando algunos cambios. Entre ellos el cierre de Neo Ama de Kass por la destrucción de su almacén, y la remodelación, por el mismo motivo, de un antiguo bar situado en Ronda 28.

Así fue como en diciembre de 1983 nació el Gaueko, o mejor dicho, Neo Gaueko WC, novísimo punto de reunión que, junto con el cercano Gaztetxe, iba a marcar la agenda cultural de las Siete Calles durante la siguiente década. El mencionado Javier Urquijo lo forró de azulejo blanco —de ahí el nombre, aunque pronto volvería a quedarse en «Gaueko»—, y De Blas fichó como relaciones públicas y programador. En su sitio web podemos encontrar un desenfadado informe sobre el paisaje nocturno de Bilbao de ese momento, aparecido en La Luna de Madrid, que lo describía así: «Gaueko supone el encuentro con las posturas más universales y menos enfermizamente locales de la ciudad, lamentablemente obsesionada consigo misma y su trip vasquito».

Josetxo Anitua en Gaueko, 1984, por Francis de Blas
Camisa y corbata, recién inaugurado el Gaueko. A la izquierda podemos distinguir a Andy Primitivo.
© 1984. Archivo Francis de Blas.

De Blas saldría del proyecto en enero de 1985, pero durante su año de estancia, Gaueko aglutinó y refinó un ambiente selecto e informado. De ello da fe un recorte de El Correo, fechado pocos meses después: «[…] una estricta selección (sí, selección) en la puerta del local eliminaba elementos vulgares distorsionadores de la atmósfera sensual, moderna y cosmopolita del bar, esto es, punkies de pacotilla, heavys asilvestrados, universitarios bobalicones y casheros urbanos molestamente etílicos».

Josetxo Anitua en Gaueko, 1984, por Alejandro de la Rica
Magnetismo puro en Gaueko, circa febrero de 1984.
© Alejandro de la Rica. Archivo de Alejandro de la Rica.

Uno de los momentos cumbre de ese 1984 fue la presentación de Primitivos (21 de junio), con cuyos miembros —habituales también de Gaueko—, incluido Yon Zamarripa, Josetxo tuvo que coincidir en multitud de ocasiones durante los conciertos de los jueves.

Andy Montón y Yon Zamarripa en Gaueko, 1984
Andy Montón y Yon Zamarripa, Primitivos al acecho. © 1984. Archivo Francis de Blas.

Los fines de semana, no obstante, Josetxo volvía a Eibar, donde insuflaba vida a sus sucesivos proyectos: el ya mencionado Línea Muerta, La Logia, La Tercera en Discordia… Se sorprende De Blas cuando le comentamos la actividad musical de Josetxo, de la que nunca tuvo noticia pese a su papel como organizador de conciertos en Gaueko, entre otros el primer concurso Sonido Afterriada, en otoño del 84. Una muestra más, quizás, de la proverbial timidez de Josetxo, o de la estanqueidad con que, por el momento, aislaba las andanzas bilbainas de sus avances en Eibar.

La Logia en Ermua, 1985.
Eduardo Stodulka, Fernando Martín (tras la batería), Josetxo Anitua y Ramón Arauzo. La Logia actuando en la fiesta de la primavera en el Colegio Ongarai, Ermua, abril de 1985. © Archivo de Fernando Martín.

De hecho, no sería hasta dos años después, durante la primavera de 1986, cuando parece que Josetxo actuó por primera vez en Bilbao, precisamente en Gaueko, como frontman de La Tercera en Discordia, en el marco del segundo concurso After Riada. Junto a ellos figuraban nombres como Doctor Deseo, Delirium Tremens o los por entonces todavía conocidos como «Capitán Vicio y Dinamita Pa Los Pollos».

Con motivo de este After Riada II, Javier «Jerry» Corral entregaría a Muskaria la primera entrevista realizada a Josetxo de la que tenemos constancia, y que, aprovechando la presente celebración, compartimos también en nuestra web.

Caprichos del azar, el texto de esa entrevista quedó maquetado en la misma página que otra de nuestro interés, dedicada a Los Extraños, y en la que el interlocutor no era otro que Yon Zamarripa.

Hasta aquí nuestra pequeña historia de hoy…

Pero no, no se vayan todavía. ¡Nos queda una sorpresa final! Se trata de una esperada noticia discográfica que se une a nuestros motivos de celebración: Moor rooM, el tercer álbum de Cancer Moon, será por fin reeditado este otoño en el sello bilbaino Hanky Panky Records, coincidiendo con el 30º aniversario de su publicación. El lanzamiento, en doble formato LP+CD, incluirá un puñado de temas extra y un extensísimo libreto con fotos inéditas. No se nos ocurre un mejor hogar para esta nueva referencia, ni un mejor momento para anunciarlo.

Ahora sí, con estas buenas noticias por delante, nos despedimos.

Celebrad a Josetxo por muchos años. ¡Hasta la próxima!

Moonage Tubercle

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